Un mapa mental es un diagrama donde se representan gráficamente ideas, palabras o conceptos que derivan de una idea central. Los mapas mentales nos ayudan a organizar y compartir nuestros conocimientos, potenciando nuestra memoria a largo plazo y capacidad asociativa.
Los mapas mentales son aplicables a cualquier ámbito de la vida, desde el estudio de una asignatura hasta la preparación de una ponencia o la resolución de un conflicto personal.
Cuando trazamos un mapa mental incorporamos formas, colores y dimensiones a procesos mentales normalmente abstractos, lo que estimula la imaginación y permite la libre expresión de las emociones. Al emplear facultades propias de cada uno de los dos hemisferios del cerebro, los mapas mentales suponen un gigantesco paso hacia la conquista de todos los territorios de nuestra mente.
Técnicas y directrices para crear mapas mentales
Un mapa mental se crea para incrementar, no para restringir, nuestra libertad mental. De todos modos, no hay que confundir orden con rigidez ni libertad con caos.
10 consejos básicos para la cartografía de mapas mentales
- Utiliza papel y rotuladores o bolígrafos apropiados.
- Empieza en el centro y déjate guiar por tu cerebro.
- Haz distinciones.
- Utiliza palabras e imágenes clave.
- Establece conexiones.
- Diviértete.
- Copia.
- No desprecies lo absurdo.
- Prepara tu espacio de trabajo.
- Conviértelo en algo memorable.
Aplicaciones fundamentales
Podemos utilizar los mapas mentales para la reforzar la memoria, fomentar la creatividad, tomar decisiones y organizar ideas.
Memoria. Los mapas mentales representan poderoso método mnemotécnico:
- Creatividad. Poseen características de pensamiento creativo como flexibilidad, asociaciones, colores, formas y volúmenes.
- Toma de decisiones. Permiten ver el “todo”.
- Organizar ideas. Apuntes, libros, conferencias, presentaciones.
Mapas mentales en el trabajo
Las principales aplicaciones de los mapas mentales grupales incluyen la creatividad conjunta, recuerdos combinados, la resolución de problemas y el análisis en grupo, la toma de decisiones conjuntas, los proyectos empresariales, la formación individual y la educación para grupos, y el trabajo en equipo.
- Reuniones. Un mapa mental se puede usar como método para ordenar, registrar y estimular la conversación en todas las reuniones que requiera un proyecto. También es muy útil para la persona que preside la reunión, pues se pueden presentar los puntos a tratar, dando así una visión clara y equilibrada del contenido de la reunión.
- Presentaciones. Las presentaciones son una parte esencial en el mundo empresarial y sin embargo, a muchas personas les aterra hablar en público. Al utilizar un mapa mental como guuía, que solo ocupan una página, podemos entablar una conexión con nuestra audiencia. Además llevar la presentación así, nos permitirá hablar con más naturalidad manteniendo así el interés de la audiencia y nuestra energía a un nivel muy alto. La flexibilidad de un mapa mental nos permite controlar el desarrollo de la presentación y acelerarla o alargarla según las circunstancias.
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